sábado, 2 de enero de 2010

Feliz año 2010



Feliz año 2010
Para todos los miembros de la bujinkan de México y del mundo. Recuerdo los viajes a Japón, recuerdo una vez que sensei nagato bromeaba a uno de mi alumno que ese año iba conmigo que le recordaba a los toltecas, ese recuerdo hizo que recordara Un libro de sabiduría tolteca escrito Por el Dr. Miguel Ruiz y quiero compartir parte de este libro titulado EL NUEVO SUEÑO deseando que este año allá amor y felicidad en los corazones de los miembros de la bujinkan especialmente en México ya que realmente comencé a difundir la bujinkan a nivel nacional el año 2000 es joven el desarrollo, pero es muy grato saber que en 10 años se ha avanzado mucho y que este año será de grande avances para todos.
Un abrazo de su amigo Gustavo Sanchez R.

EL NUEVO SUEÑO

"El Cielo en la Tierra"



Quiero que olvides todo lo que has aprendido en tu vida. Este es el principio de un nuevo
entendimiento, de un nuevo sueño.
El sueño que vives lo has creado tú. Es tu percepción de la realidad que puedes cambiar en cualquier
momento. Tienes el poder de crear el Infierno y el de crear el Cielo. ¿Por qué no soñar un sueño distinto?
¿Por qué no utilizar tu mente, tu imaginación y tus emociones para soñar el Cielo?
Sólo con utilizar tu imaginación podrás comprobar que suceden cosas increíbles. Imagínate que tienes
la capacidad de ver el mundo con otros ojos siempre que quieras. Cada vez que abres los ojos, ves el mundo
que te rodea de una manera diferente.
Ahora, cierra los ojos, y después, ábrelos y mira.
Lo que verás es amor que emana de los árboles, del Cielo, de la luz. Percibirás el amor que emana
directamente de todas las cosas, incluso de ti mismo y de otros seres humanos. Aun cuando estén tristes o
enfadados, verás que por detrás de sus sentimientos, también envían amor.
Quiero que utilices tu imaginación y la percepción de tus nuevos ojos para verte a ti mismo viviendo un
nuevo sueño, una vida en la que no sea necesario que justifiques tu existencia y en la que seas libre para ser
quien realmente eres.
Imagínate que tienes permiso para ser feliz y para disfrutar de verdad de tu vida. Imagínate que vives
libre de conflictos contigo mismo y con los demás.
Imagínate que no tienes miedo de expresar tus sueños. Sabes qué quieres, cuándo lo quieres y qué no
quieres. Tienes libertad para cambiar tu vida y hacer que sea como tú quieras. No temes pedir lo que
necesitas, decir que sí o que no a lo que sea o a quien sea.
Imagínate que vives sin miedo a ser juzgado por los demás. Ya no te dejas llevar por lo que otras
personas puedan pensar de ti. Ya no eres responsable de la opinión de nadie. No sientes la necesidad de
controlar a nadie y nadie te controla a ti.
Imagínate que vives sin juzgar a los demás, que los perdonas con facilidad y te desprendes de todos los
juicios que sueles hacer. No sientes la necesidad de tener razón ni de decirle a nadie que está equivocado.
Te respetas a ti mismo y a los demás, y a cambio, ellos te respetan a ti.
Imagínate que vives sin el miedo de amar y no ser correspondido. Ya no temes que te rechacen y no
sientes la necesidad de que te acepten. Puedes decir: «Te quiero», sin sentir vergüenza y sin justificarte.
Puedes andar por el mundo con el corazón completamente abierto y sin el temor de que te puedan herir.
Imagínate que vives sin miedo a arriesgarte y a explorar la vida. No temes perder nada. No tienes miedo
de estar vivo en el mundo y tampoco de morir.
Imagínate que te amas a ti mismo tal como eres. Que amas tu cuerpo y tus emociones tal como son.
Sabes que eres perfecto tal como eres.
La razón por la que te pido que imagines todas estas cosas es porque ¡son todas totalmente posibles!
Puedes vivir en un estado de gracia, de dicha, en el sueño del Cielo. Pero para experimentarlo, en primer
lugar tienes que entender en qué consiste.
Sólo el amor tiene la capacidad de proporcionarte este estado de dicha. Es como estar enamorado.
Flotas entre las nubes. Percibes amor vayas donde vayas. Es del todo posible vivir de este modo
permanentemente. Lo es porque otros lo han conseguido y no son distintos de ti. Viven en un estado de dicha
porque han cambiado sus acuerdos y sueñan un sueño diferente.
Una vez sientas lo que significa vivir en estado de dicha, lo adorarás. Sabrás que el Cielo en la Tierra
existe de verdad. Una vez sepas que es posible permanecer en él, hacer el esfuerzo para conseguirlo sólo
dependerá de ti. Hace dos mil años, Jesús nos habló del reino de los Cielos, del reino del amor, pero no había
casi nadie preparado para oírlo. Dijeron: «¿A qué te refieres? Mi corazón está vacío, no siento el amor del
que hablas, no siento la paz que tú tienes». Eso no es necesario. Sólo imagínate que su mensaje de amor es
posible y descubrirás que es tuyo.
El mundo es precioso, es maravilloso. La vida resulta muy fácil cuando haces del amor tu forma de vida.
Es posible amar todo el tiempo sí uno elige hacerlo. Quizá no tengas una razón para amar, pero si lo haces,
verás que te proporciona una gran felicidad. El amor en acción sólo genera felicidad. El amor te traerá paz
interior. Cambiará tu percepción de todas las cosas.
Puedes verlo todo con los OJOS del amor. Puedes ser consciente de que el amor te rodea por todas
partes. Cuando vives de esta manera, la bruma de tu mente se disipa. El mitote desaparece para siempre.
Esto es lo que los seres humanos hemos buscado durante siglos. Durante miles de años hemos buscado la
felicidad, que es el paraíso perdido. Los seres humanos nos hemos esforzado mucho por alcanzarla, y esto
forma parte de la evolución de la mente. Este es el futuro de la humanidad.
Esta forma de vida es posible y está en tus manos. Moisés la llamó la Tierra Prometida, Buda la llamó el
Nirvana, Jesús la llamó el Cielo y los toltecas la llaman el Nuevo Sueño. Por desgracia, tu identidad está
mezclada con el sueño del planeta. Todas tus creencias y tus acuerdos están ahí, en la bruma. Sientes la
presencia del parásito y crees que eres tú. Esto dificulta tu liberación: dejar marchar al parásito y crear un
espacio para experimentar el amor. Estás vinculado al Juez y a la Víctima. Sufrir hace que te sientas seguro
porque es algo que conoces a la perfección.
Pero, en realidad, no hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque eliges hacerlo. Si
examinas tu vida, descubrirás muchas excusas para sufrir, pero no encontrarás una buena razón para
hacerlo. Lo mismo ocurre con la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque eliges serlo. La
felicidad, igual que el sufrimiento, es una elección.
Tal vez no podamos escapar del destino del ser humano, pero podemos elegir entre sufrir nuestro
destino o disfrutar de él, entre sufrir o amar y ser feliz, entre vivir en el Infierno o vivir en el Cielo. Mi elección
personal es vivir en el Cielo. ¿Y la tuya?

Por el Dr. Miguel Ruiz - Un libro de sabiduría tolteca

No hay comentarios: